
Cerebro y aprendizaje en la cultura digital fue el título de la magistral conferencia del investigador Dr. Ricardo Castañón Gómez, impartida este miércoles 18 de septiembre en el Aula Magna de la Universidad Salesiana de Bolivia.
“Llevo estudiando el cerebro desde hace 40 años y ahora quiero conocer cuál el impacto de la palabra, qué relación tiene en nuestro pensamiento. Este libro que expongo hoy, me ha tomado cinco años, porque me importa lo humano y quiero compartir esta vivencia. A veces veo tantas cosas bellas en nuestro ambiente”, afirmó el hombre de ciencia al inicio de su disertación de una hora, en base a sus estudios y el influjo de su maestra en neurociencias, la profesora Rita Montalcini, recordada premio Nobel de Medicina en 1986.
El disertante apuntó que hoy estamos en la era digital, un hecho significante, porque ha afectado nuestra forma de comportamiento y por ende nuestra cultura. “Hablamos de cultura digital porque depende de los dígitos. Hoy viajamos con un microchip en el bolsillo en lugar de la maleta con los libros. Hoy las imágenes viajan a gran velocidad gracias a la fibra óptica, que no es más que la manipulación controlada de la luz y que se basa en impulsos luminosos. Estas nuevas incorporaciones de la ciencia, nos permiten hablar de la educación virtual, porque hoy no necesariamente se requiere de un aula para enseñar, sin embargo, hay otras realidades que nos devuelven al punto de inicio, porque en el presente se puede tener una computadora y no tener energía eléctrica, como sucede en algunas regiones pobres”, apuntó.
Amplio conocedor del tema, Castañón unió conceptos científicos con toques de sorna fina, para mantener la atención de las aproximadamente 200 personas entre autoridades, docentes y alumnos, en esta conferencia organizada por la carrera de Derecho.
“El hombre experimenta en el cerebro diversos cambios químicos que le permiten aprehender nuevos conceptos. El cerebro siempre está trabajando y gracias a él adquirimos nuestros conocimientos. Activamos el lóbulo frontal que nos da todas estas facultades y crea un movimiento a través de las neuronas”, agregó Castañón, un amplio investigador de la neuropsicología.
“La repetición de este proceso va creando un tejido. El aprendizaje capacita para responder a las exigencias y en un momento aplicamos lo que aprendimos. Toda esta operación está dirigida por el lóbulo prefrontal, región del cerebro que es una de las estructuras básicas que determina las cualidades del comportamiento humano y permite la ejecución de las actividades más complejas”, precisó.
Una de las sugerencias concretas que lanzó el disertante fue el relacionado al tiempo de estudio continuo para evitar el cansancio. “Se debe estudiar 55 minutos y descansar ocho minutos, porque la información debe viajar al interior del cerebro. No hay que saturar el lóbulo central”, explicó.
Partidario de la repetición para aprehender nuevos conceptos destacó que cuando se estudia se activan neuroquímicos; este movimiento se hace más constante cuando se lo hace repetidamente.
Tuvo palabras especiales para los docentes a quienes sugirió calidez en el trato, ser respetuosos con sus alumnos, tener empatía. “Para que el alumno pueda dar su examen se debe activar los elementos básicos que generarán confianza, porque cuando el alumno se siente agredido, se activan las glándulas suprarrenales, generando un clima de ansiedad en el interlocutor y se anula el pensamiento. “Se debería empezar con el examen personal preguntando, por ejemplo, dime cuál es el tema que más dominas…”
Castañón pasó a tratar un hecho común y es que muchas personas pestañean cada vez menos. “porque el ser humano pasa muchas horas frente a la pantalla lo que provoca el ojo rojo” Si bien el ser humano parpadea de media alrededor de entre quince y veinte veces por minuto, aunque no lo hace siguiendo un patrón temporal fijo, sino que depende de las circunstancias, la costumbre de estar horas frente a una pantalla de la computadora o el celular, provocan estos cambios poco beneficiosos para la salud.
Al hablar de la complejidad del cerebro, los millones de neuronas que tenemos en el cerebro, que van trabajando permanentemente, relató que en la cabeza de un alfiler caben 30 mil neuronas, que se van destruyendo con las drogas y el tabaco, por eso el fumador correr el riesgo de perder la memoria.
“El hecho que estén en la universidad muestra de ya su capacidad, pero resta descubrir tu talento. Ustedes deben conocer para qué son buenos y en qué pueden desarrollar más”, expresó Castañón, para luego pasar al tema del efecto de la palabra.
El disertante sugirió a los educadores “regular el lenguaje”, porque el sonido viaja creando un efecto acústico, que puede alentar o desalentar a la persona porque se obtiene “la misma respuesta entre un pinchazo y la palabra te voy a pinchar, ya que crea un efecto inmediato de defensa en la posible víctima. Es que la palabra mata más que un cuchillo”.
El expositor señaló que la información que recibimos a través de las neuronas por impulsos eléctricos se disparan a un neurotransmisor, está transmisión sucede a gran velocidad.
Al referirse a los hábitos de estudio afirmó que “quienes estudian tienen mecanismos muy ágiles y unos antecedentes que le permiten asimilar los conceptos con facilidad. La distracción no ayuda porque el cerebro necesita armonía, paz. Para aprender hay que crear una red, para la rememoración del contenido. Cuando se aprende se producen pequeños disparos eléctricos que generan terminales en las dentritas, una especie de espinas”.
El investigador afirmó que debemos estudiar con gusto. “Las espinas comunican la información en una persona que está atenta. Si no pones atención o estás estresado, las espinas se retraen y por tanto no podrá obtener la información. Por eso hay que tener calidad de vida, y te tienes que cuidar, cuidar la calidad de vida y los valores espirituales”.
“La zona del aprendizaje necesita del metabolismo sanguíneo. Se necesita que se active una zona del cerebro cuando se ve el lóbulo occipital, se advierte que esta actividad necesita oxígeno que transporta la hemoglobina”, destacó.
Cuando no se dan las condiciones anteriores la información cae en el área de broca que está vacío, que no está conectado con el pensamiento, de manera que la palabra es hueca. La sociedad moderna con excesos de sexo, poder, abuso y banalidades ingresa en este sector por falta de atención.
“La persona de pensamiento complejo, es la persona responsable, fruto de la madurez, del aprendizaje. Entonces, hay que revisar paradigmas sobre algunos supuestos derechos de los jóvenes y hacerles ver que sólo escapan de la pobreza los que han educado con más intensidad a sus miembros. Cuando se enriquece el cerebro, se forma el pensamiento complejo”.
Apuntó que el ambiente familiar estimula. Hay que buscar el pensamiento complejo. Si bien Bolivia gasta el 6,5% del PIB en educación, invirtiendo más que otros países, el resultado es pobre y la pregunta es ¿en qué se gasta?
Al referirse a las precauciones que se deben tomar frente a los medios digitales expresó que éstos están dotados de la luz blanca y azul que estimula el lóbulo frontal y sobre todo el parietal, que es la que concentra la información. Hay que preguntar cómo y dónde se aplica la inteligencia. De los cuatro lóbulos (parietal, temporal y frontal y occipital). Escasa información va al lóbulo prefrontal “porque hoy todo es imagen. Los niños pasan horas frente a imágenes”.
“Me preocupa un tema actual: La luz azul que emiten fuentes naturales como el sol y la ciencia trata de imitarla. La pantalla tiene 30% de luz azul cuyo uso se familiarizó con los astronautas. Esta luz azul cuando es captada llega a la glándula plineal, hace que la zona esté prendida y ello no es más que el insomnio tecnológico, de manera que cuando apagas el aparato no duermes en la próxima hora y media. Esta disfunción trae consecuencias como el cáncer de seno, próstata y colon, de acuerdo a las últimas investigaciones”, destacó Castañón.
“La luz led deja una resolana y no se apaga totalmente y se recomienda no tenerla en el dormitorio. Con las computadoras es recomendable la recomendación ‘twenty’ de los norteamericanos, trabajar 20 minutos y descansar, así como tener el aparado a 20 pies, si no se sigue este consejo se corre el riesgo del ojo seco. Por lo tanto, hay que saber manejar la tecnología con inteligencia” añadió.
Finalmente, abordó temas generales como que la atención de la mayoría de las personas no es compleja sino singular porque ha bajado de 16 minutos a ocho y no se debe estudiar nunca con audífonos porque el lóbulo frontal va a prestar atención a la música y no al contenido, razón por la que la atención está disminuyendo y es aconsejable aprender en voz alta para superar el ruido del ambiente y subrayar lo leído para que la atención vaya a los colores.
“El auricular no más de tres minutos en un oído porque a los 15 minutos se siente el cansancio y es que el peso del cerebro recae en un solo sector de las vértebras, que no pueden soportar el peso de la cabeza en un solo sector, por lo que es conveniente cambiar alternadamente de oído.
“Ustedes amen lo que hacen y estén motivados. Hay que crear el pensamiento positivo. Cuando se activa la dopamina es como regar el jardín. Cuando se activa la dopamina se aprende, se produce placer y euforia y crea compulsión a hacer las cosas buena. Tomó el pasaje de Gen 1,26. El fruto del espíritu es el amor. Hay que descubrir el lado espiritual, rescatar los valores espirituales. Somos espíritu y ahí está nuestra riqueza. El fracaso del hombre moderno es haberse olvidado de esto”, concluyó.