# Vistas: 344
Dos visiones en debate educativo de la Conferencia Episcopal
Edgar Cadima, en nombre de Comunidad Ciudadana y Manuel Mercado, en representación del MAS, participaron en el debate propiciado este lunes 12 en la primera de tres jornadas preparadas por la Conferencia Episcopal Boliviana a través del área de Educación.
“Hemos dialogado y escuchado sobre el eje político en el quehacer educativo. Quisiera recordarles una realidad que vivimos, y es el de afrontar esta emergencia educativa. Este pacto al que nos ha invitado el Santo Padre, nos permite escucharnos como hermanos, porque tenemos un objetivo común cual es la causa educativa”, destacó mons. Fernando Bascopé Muller.
Estamos en el marco del pacto educativo global, con una sociedad más acogedora, para formar personas maduras. Atravesamos una crisis en esta aldea global, por ello la necesidad de dar respuestas en este vertiginoso avance, recordamos que en el centro de nuestra preocupación.
Al presentar un breve análisis de la situación actual de la educación en el país, Cadima expresó que “encuentra coincidencias entre la convocatoria lanzada por la Conferencias Episcopal y lo que plantea Comunidad Ciudadana. Estamos viviendo un cambio de época, porque el mundo no será el mismo en la post pandemia y uno de estos ejes que cambiará será la educación. Ustedes buscan colocar a la persona en el centro de la acción. Para nosotros, primero es la gente y no tanto en cuanto masa, sino en su individualidad, El estudiante debe recuperar su condición de sujeto del hecho educativo”, afirmó.
En los 30 últimos años, tuvimos dos reformas educativas, la 1565 y la 070, la Avelino Siñani. Han desarrollado diferentes cambios, se percibe cambio de maquillaje, pero la educación sigue siendo deficiente. Nuestros bachilleres al entrar en la Universidad sienten esa mala preparación. Este estado de cosas debe hacernos reflexionar profundamente, por lo que hay necesidad de un cambio profundo. Se ha pasado de una educación conductista a una constructivista y luego al aprendizaje socio comunitario, por lo menos a nivel teórico. También la formación de los maestros. La administración de la docencia sufrió cambios y se llegó al monopolio, que no es otra cosa que el control del poder educativo”, precisó Cadima.
Hoy hay un hipercentralismo en la administración educativa. Hoy las juntas escolares nacidas con un propósito han entrado en descomposición. Se pasó de una ausencia de los pueblos originarios a una situación en la que ahora fueron coptados por el centralismo. El maestro sigue siendo el ej centro de los procesos educativos y no el facilitador que se esperaba. Seguimos con la educación bancaria a lo Paolo Freire. Las dos reformas educativas no han hecho efecto y por tanto no hay cambio educativo”, añadió.
Criticó con dureza la herencia educativa recibida al puntualizar: “Heredamos el fraude educativo de 14 años y ahora nos hablan de descentralización. Nos proponen nuevamente un fraude educativo”, asevero y de inmediato lanzó sus propuestas:
“Hay que llegar a acuerdo de emergencia, no se puede administrar desde el gobierno central la educación y urge un acuerdo nacional por la calidad de la educación. Eso significa, por ejemplo, ajustar la currícula, que no puede ser ideologizada, sino priorizar la formación, conocimiento y ciencia. Hay que trabajar la brecha digital entre ciudad y área rural. tomar en cuenta los modelos de la Iglesia como IRPA y San Gabriel. La actualización permanente y la formación de los docentes con una educación combinada entre la presencial y las otras modalidades. Hay que trabajar en la acreditación. Desarrollar además la actividad científica.
Propuso mejorar el Observatorio de la Educación para velar por la calidad educativa y crear la Superintendencia de Educación para frenar excesos y llegar a acuerdos porque viene un año muy difícil para la educación privada. Finalmente propuso un ajuste curricular muy fuerte
A su turno, Manuel Mercado, especialista en comunicación y gestión política, dijo que llegaba al debate con propuestas constructivas, desde una posición más relacionado al ámbito político y construcción de valores y elementos culturales.
“No soy especialista en el tema educativo, pero me doy cuenta que vivimos una crisis en la sociedad educativa, con problemas de diferentes aristas, con diferentes matices. Ahora corresponde administrar la crisis de salud, que nos obliga a repensar la forma cómo trabajamos en la educación formal con el uso de las nuevas tecnologías. Estamos totalmente limitados por una concepción clásica educador – educando, en medio de un mundo de dificultades en el uso de las herramientas tecnológicas. Hay un desfase por la falta de recursos humanos y vemos una generación cualitativamente diferente a las anteriores, me refiero a los jóvenes que están entre los 12 a 18 y 18 a 25 años. Es la generación con más acceso a la tecnología y por tanto tiene una alta demanda de expectativas”.
Citó como el mayor problema como un enfrentamiento con una fuerte carga de racismo, de desconocimiento del otro, de la otredad. “Hay una profunda crisis de valores un choque de valores. Nos encontramos en una sociedad de intolerancia, racismo, y la la incapacidad de construir elementos dialógicos, que tiene que ver con la educación, porque está en la esencia misma de la formación humana”.
Expresó que educación y cultura vienen totalmente vinculados y no se puede reducir la cultura a lo artístico y bellas artes solamente, porque hay un trasfondo profundo.
Propuso llegar a una educación territorializada para romper el andinocentrismo; el cuidado de la naturaleza y ante todo mayor inclusión. “Hay que redefinir la temática del racismo, eso parte de la educación”, concluyó.
Edgar Cadima, en nombre de Comunidad Ciudadana y Manuel Mercado, en representación del MAS, participaron en el debate propiciado este lunes 12 en la primera de tres jornadas preparadas por la Conferencia Episcopal Boliviana a través del área de Educación. “Hemos dialogado y escuchado sobre el eje político en el quehacer educativo. Quisiera recordarles una realidad que vivimos, y es el de afrontar esta emergencia educativa. Este pacto al que nos ha invitado el Santo Padre, nos permite escucharnos como hermanos, porque tenemos un objetivo común cual es la causa educativa”, destacó mons. Fernando Bascopé Muller. Estamos en el marco del pacto educativo global, con una sociedad más acogedora, para formar personas maduras. Atravesamos una crisis en esta aldea global, por ello la necesidad de dar respuestas en este vertiginoso avance, recordamos que en el centro de nuestra preocupación. Al presentar un breve análisis de la situación actual de la educación en el país, Cadima expresó que “encuentra coincidencias entre la convocatoria lanzada por la Conferencias Episcopal y lo que plantea Comunidad Ciudadana. Estamos viviendo un cambio de época, porque el mundo no será el mismo en la post pandemia y uno de estos ejes que cambiará será la educación. Ustedes buscan colocar a la persona en el centro de la acción. Para nosotros, primero es la gente y no tanto en cuanto masa, sino en su individualidad, El estudiante debe recuperar su condición de sujeto del hecho educativo”, afirmó. En los 30 últimos años, tuvimos dos reformas educativas, la 1565 y la 070, la Avelino Siñani. Han desarrollado diferentes cambios, se percibe cambio de maquillaje, pero la educación sigue siendo deficiente. Nuestros bachilleres al entrar en la Universidad sienten esa mala preparación. Este estado de cosas debe hacernos reflexionar profundamente, por lo que hay necesidad de un cambio profundo. Se ha pasado de una educación conductista a una constructivista y luego al aprendizaje socio comunitario, por lo menos a nivel teórico. También la formación de los maestros. La administración de la docencia sufrió cambios y se llegó al monopolio, que no es otra cosa que el control del poder educativo”, precisó Cadima. Hoy hay un hipercentralismo en la administración educativa. Hoy las juntas escolares nacidas con un propósito han entrado en descomposición. Se pasó de una ausencia de los pueblos originarios a una situación en la que ahora fueron coptados por el centralismo. El maestro sigue siendo el ej centro de los procesos educativos y no el facilitador que se esperaba. Seguimos con la educación bancaria a lo Paolo Freire. Las dos reformas educativas no han hecho efecto y por tanto no hay cambio educativo”, añadió. Criticó con dureza la herencia educativa recibida al puntualizar: “Heredamos el fraude educativo de 14 años y ahora nos hablan de descentralización. Nos proponen nuevamente un fraude educativo”, asevero y de inmediato lanzó sus propuestas: “Hay que llegar a acuerdo de emergencia, no se puede administrar desde el gobierno central la educación y urge un acuerdo nacional por la calidad de la educación. Eso significa, por ejemplo, ajustar la currícula, que no puede ser ideologizada, sino priorizar la formación, conocimiento y ciencia. Hay que trabajar la brecha digital entre ciudad y área rural. tomar en cuenta los modelos de la Iglesia como IRPA y San Gabriel. La actualización permanente y la formación de los docentes con una educación combinada entre la presencial y las otras modalidades. Hay que trabajar en la acreditación. Desarrollar además la actividad científica. Propuso mejorar el Observatorio de la Educación para velar por la calidad educativa y crear la Superintendencia de Educación para frenar excesos y llegar a acuerdos porque viene un año muy difícil para la educación privada. Finalmente propuso un ajuste curricular muy fuerte A su turno, Manuel Mercado, especialista en comunicación y gestión política, dijo que llegaba al debate con propuestas constructivas, desde una posición más relacionado al ámbito político y construcción de valores y elementos culturales. “No soy especialista en el tema educativo, pero me doy cuenta que vivimos una crisis en la sociedad educativa, con problemas de diferentes aristas, con diferentes matices. Ahora corresponde administrar la crisis de salud, que nos obliga a repensar la forma cómo trabajamos en la educación formal con el uso de las nuevas tecnologías. Estamos totalmente limitados por una concepción clásica educador – educando, en medio de un mundo de dificultades en el uso de las herramientas tecnológicas. Hay un desfase por la falta de recursos humanos y vemos una generación cualitativamente diferente a las anteriores, me refiero a los jóvenes que están entre los 12 a 18 y 18 a 25 años. Es la generación con más acceso a la tecnología y por tanto tiene una alta demanda de expectativas”. Citó como el mayor problema como un enfrentamiento con una fuerte carga de racismo, de desconocimiento del otro, de la otredad. “Hay una profunda crisis de valores un choque de valores. Nos encontramos en una sociedad de intolerancia, racismo, y la la incapacidad de construir elementos dialógicos, que tiene que ver con la educación, porque está en la esencia misma de la formación humana”. Expresó que educación y cultura vienen totalmente vinculados y no se puede reducir la cultura a lo artístico y bellas artes solamente, porque hay un trasfondo profundo. Propuso llegar a una educación territorializada para romper el andinocentrismo; el cuidado de la naturaleza y ante todo mayor inclusión. “Hay que redefinir la temática del racismo, eso parte de la educación”, concluyó.